Cuando yo era chamo tenía un concepto muy
raro y malinterpretado de lo que era el Niño Jesús, porque siempre pensé que el
pana era mágico y podía traerte cualquier regalo que a uno se le pasara por la
cabeza, y cuando hablo de cualquiera me refiero a cosas que jamás se
encontrarían en una juguetería (al menos no de este mundo). Entonces yo le
escribía cartas muy elaboradas pidiéndole cosas como “el robot de la película
del otro día, que vuele pero no muy alto porque entonces se va para casa del
vecino y que traiga 20 enemigos para que pelee karate con ellos y también su
perrito robot que no salía en la película pero tú sabes cómo es… y un regalo
sorpresa”. Cuidaba mucho la caligrafía, le ponía márgenes de colores a la carta
y subrayaba el título, la metía en un sobre, me lamía toda la pega para que
cerrara bien, la ponía en el pesebre y en pocas horas ya el Niño Jesús se la
había llevado.
Y entonces llegaba el 25 por la mañana y yo
abría mis regalos y mientras mis hermanas decían: “¡mira, me trajo exactamente
lo que le pedí!” yo miraba mi regalo con confusión porque aquello que me había
traído se parecía pero definitivamente no era. El robot estaba chévere pero no
volaba, no trajo a los 20 enemigos, ese perrito de goma no era robot y se
notaba que se lo habían quitado a otra gente, y el regalo sorpresa siempre era
una pelota. Muy raro todo.
Entonces me pasaba el año entero pensando y
concluyendo que me había explicado muy mal, que lo que pasaba es que estaba
escribiendo fatal, que no era capaz de poner bien en palabras eso que tenía en
mente. Y que claro, el Niño Jesús no podía entenderme jamás porque yo era
pésimo explicador.
A veces me doy cuenta, a estas alturas de la
vida, que cuando escribo o doy clases explico y sobre-explico más de la cuenta.
Claro, es un trauma de la infancia, la culpa es del Niño Jesús.
Y de tanto cuestionarse por no explicar bien, tenemos hoy al escritor del blog, explicando su trauma en este bello y conmovedor relato. ¡Feliz Navidad!,
ResponderBorrarC.Casano.
Oh por Dios que comico! Genial mi chamo querido!
ResponderBorrarEse niño Jesús ha dejado a más de uno traumado...
ResponderBorrarComo entender esos juguetes animados que el futuro escritor, tenia en su cabeza, ja,ja Pienso en sus padres; lo difícil que resultaría complacer ese niño tan imaginativo y creativo.
ResponderBorrarJajaja muy bueno Jose, realmente somos los traumatizados de cualquier cosa.
ResponderBorrarBesos