Lo primero que hay que hacer es abrir un operativo para que todos los simpatizantes de la recién fundada organización no gubernamental - clandestina y sin fines de lucro, por supuesto- , ACM (Amigos del Crimen Mediático), donen sus sábanas blancas.
Todas las sábanas sirven, las toallas también, al igual que las camisas, las medias, las fundas de almohada, incluso la ropa interior; lo que importa es que sea tela blanca y limpia. De empatar todos los retazos se encargarán con gusto nuestras madres y abuelas -aunque cualquier voluntario que sepa coser, independientemente de su edad, creencia religiosa y género, también será bienvenido-. Los más pequeños pueden ayudar a enhebrar.
En mitad de la madrugada (que nosotros también hemos aprendido a actuar a oscuras y asestar nuestros buenos golpes en medio de las sombras) hay que treparse silenciosamente al techo del Teatro Teresa Carreño . Desde arriba se lanza la tela de manera que cubra toda la estructura. Vamos a hacerle un homenaje a Christo y a su esposa Jeanne- Claude, a imitar lo que le hicieron al Teatro de la Opera de Sidney, al edificio del Reichstag y a tantas obras arquitectónicas más. Vamos a forrar en tela blanca al Teresa Carreño, a arroparlo, a ponerlo a buen cobijo. Lo dejaremos impecablemente recubierto, alisado y sin pliegues, que ese forro sea como una segunda piel para el teatro.
Y un par de horas antes del amanecer comenzará la función. Proyectaremos la película desde las torres de Parque Central, puede que desde el Zigurat de la Mezquita en Quebrada Honda, para que las imágenes cobren vida sobre esa enorme pantalla tridimensional. Va a ser una belleza ese cine al aire libre, gratis, monumental. Hermoso, como un pedazo de sodio que se deja caer en esa sustancia acuosa donde nadan los pensamientos. Que seguro, en esas dos horas, algo se mueve. Y cuando aparezcan los créditos entonces saldrá el sol.
Lo que único que hay que decidir es si nos lanzamos con “El planeta de los Simios” (la original del 68) o la versión cinematográfica de “1984” de George Orwell. Aunque, claro, se escuchan propuestas; joder, porque aquí, al menos aquí, seguimos siendo una democracia.
Todas las sábanas sirven, las toallas también, al igual que las camisas, las medias, las fundas de almohada, incluso la ropa interior; lo que importa es que sea tela blanca y limpia. De empatar todos los retazos se encargarán con gusto nuestras madres y abuelas -aunque cualquier voluntario que sepa coser, independientemente de su edad, creencia religiosa y género, también será bienvenido-. Los más pequeños pueden ayudar a enhebrar.
En mitad de la madrugada (que nosotros también hemos aprendido a actuar a oscuras y asestar nuestros buenos golpes en medio de las sombras) hay que treparse silenciosamente al techo del Teatro Teresa Carreño . Desde arriba se lanza la tela de manera que cubra toda la estructura. Vamos a hacerle un homenaje a Christo y a su esposa Jeanne- Claude, a imitar lo que le hicieron al Teatro de la Opera de Sidney, al edificio del Reichstag y a tantas obras arquitectónicas más. Vamos a forrar en tela blanca al Teresa Carreño, a arroparlo, a ponerlo a buen cobijo. Lo dejaremos impecablemente recubierto, alisado y sin pliegues, que ese forro sea como una segunda piel para el teatro.
Y un par de horas antes del amanecer comenzará la función. Proyectaremos la película desde las torres de Parque Central, puede que desde el Zigurat de la Mezquita en Quebrada Honda, para que las imágenes cobren vida sobre esa enorme pantalla tridimensional. Va a ser una belleza ese cine al aire libre, gratis, monumental. Hermoso, como un pedazo de sodio que se deja caer en esa sustancia acuosa donde nadan los pensamientos. Que seguro, en esas dos horas, algo se mueve. Y cuando aparezcan los créditos entonces saldrá el sol.
Lo que único que hay que decidir es si nos lanzamos con “El planeta de los Simios” (la original del 68) o la versión cinematográfica de “1984” de George Orwell. Aunque, claro, se escuchan propuestas; joder, porque aquí, al menos aquí, seguimos siendo una democracia.
8 comentarios:
Excelente propuesta. Yo propongo, una doble función: "1984" y "V for Vendetta"
Maravillosa la doble tanda de 1984 y V for Vendetta, tendríamos que comenzas a las 2 AM, eso sí. Y cerrar la Francisco Fajardo para que se convierta en el autocine más grande del mundo.
Te imaginas? Sería tremenda la función, pero yo creo que el problema no sería escoger la película sino lograr el acuerdo para elaborar la manta: cortar, zurcir, enhebrar como tu dices y luego obviar los créditos, los intereses personales, las letricas de agradecimientos, el lucro, los "a mí me nombras en la parte que da al techo que es la que se ve más..., o los "yo empiezo mi turno en la segunda función, no me gusta madrugar..."
El operativo, el consenso es el problema aunque la idea, como todas las tuyas, siempre sea genial.
Un abrazo down,
OA
Muy buena idea: original y creativa.
Como no se mucho de cine, ayudaré en la recolección de telas blancas, ojalá se consigan fácilmente, y no tengamos que buscarlas como el azúcar o los medicamentos.
mi lista, no exhaustiva de pelis a ver...
la principal The Lost City (Andy Garcia, 2005)
5.3 1984 (Michael Radford, 1984)
5.4 Animal Farm (Halas and Bachelor, 1955)
5.5 Gattaca (Andrew Niccol, 1997)
5.6 Invasion of Body Snatchers (Don Siegel, 1966)
5.7 Matrix I, II, III (Wachovsky Brothers, 1996-2000)
5.8 Soylent Green (Richard Fleischer, 1973)
5.9 Farenheit 451 (Francois Truffaut, 1966)
5.10 Blade Runner (Ridley Scott, 1982)
5.11 V For Vendetta (James McTeigue, 2005)
5.12 Children of Men (Alfonso Cuarón, 2006)
saludos
J
5.13 Wall-E (Robert Stanton, 2008)
5.13 Watchmen (Zack Snyder 2009)
J. Urriola, qué cosa tan hermosa y tan tuya... ¿Y Brazil de Terry Gilliam no podría ser también?
¡Qué bueno que después de tanto tiempo sin pasarme por aquí, me consigo con la misma sustancia, aunque con imagen renovada!
Mis propuestas ya las nombraron, pero igual ahí van para el registro de votos que definirían el orden de las películas, sólo que habrá que mantener el velo blanco por algo más de una noche...
"V for Vendetta" y "Lost City" serían mis primeras opciones, aunque me agradaría "The Great Dictator" entre una y otra para no ponernos tan intensos.
A tu propuesta me gustaría añadir la donación de ejemplares de "Animal Farm" en la entrada de los metros, metrobuses y ferrocarriles del país, así como de oficinas públicas en donde la gente vaya resignada a perder un día de su vida por un trámite específico.
¡Saludos!
Esta bien errar, si no estás preparado a equivocarte,
jamas llegarás a algo original.
My blog :: Constanza U
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