Desde hace algún tiempo he venido sintiendo cierta extrañeza (propia y ajena) a la hora de asumir públicamente que me gusta la música electrónica. Es una sensación similar a la del placer culposo o a ligera metedura de pata. Como si uno hubiera acabado de confesar que le gusta provocarse cortaduras con papel en las yemas de los dedos o meter tortugas en el microondas (pero sólo dos minutitos y ya). Inmediatamente en la cara del interlocutor se forma una mueca de desprecio que sale proyectada hacia el propio rostro y lo salpica: “vaya, si hasta me caías bien, lo lamento”.
Hay varios fantasmas que rondan a la música hecha con máquinas y computadoras:
-La escucha sólo la gente de diseño que le gustan las drogas de diseño. En otras palabras: es música plástica hecha con plástico para gente plástica.
-Cualquier imbécil que tenga una computadora llena de ruiditos y con un programa que logre hacer secuencias con los ruiditos se convierte en DJ o músico electrónico.
-La música electrónica es un punchi punchi atorrante que sólo sirve para escucharse mientras se baila en una discoteca o se está en un gimnasio (preferiblemente haciendo aerobics o spinning).
-Hombre que se respeta no oye musiquita hecha con computadoras ni mariconadas de esas (por cierto, algunos vivimos en sociedades donde todavía “marico” sigue siendo un insulto).
-La música electrónica es a la buena música lo que “Crepúsculo” es a la novela gótica.
El punto es que, ante semejante atropello y ante tanta ignorancia, yo necesito plantear algunas cosas:
-La música electrónica es un género tan amplio como el jazz, el rock o la música académica. Quien tenga la inquietud de indagar en ese océano encontrará siempre un tipo de electrónica que le gusta. En eso se parece al cómic, siempre habrá uno que le guste a uno, sólo es cuestión de perder el miedo y ponerse a buscar.
-Las máquinas no tienen la culpa. Quien no tiene talento ni gusto para la música no podrá jamás sacar algo digno de una computadora, como tampoco de una guitarra o un tambor.
-Magníficos artistas plásticos (Carlos Cruz-Diez es uno de ellos) han encontrado en lo digital un medio para expresarse con prodigioso buen gusto, dignidad y alcance. Lo mismo pasa con la literatura y en las artes audiovisuales ¿Por qué condenar a la música a permanecer al margen?
-Me gusta la música electrónica porque allí encuentro los espacios, las atmósferas y las texturas del futuro que no fue. La ciencia ficción, cosa curiosa, más que en ningún otro medio, acabó encontrando su lugar en la música.
-Me gusta también por los puentes que me ha permitido tender con los míos: “Yo sé que no te gusta mucho la electrónica, pero estoy seguro que esto sí te va a gustar”. Y por un accidente sublime uno la pega.
-Cerati (a quien aún estamos esperando que despierte, cuando pase el temblor) decía a principios de los 90 que la música estaba en los cables. Veinte años más tarde, en Canadá, un dúo llamado Crystal Castles fundamenta su música en un principio muy sencillo: ella canta por un micrófono conectado al sampler de él, todo lo que ella canta es manipulado electrónicamente en caliente cada vez que él pisa una tecla. Cerati, tenías razón: la música está en los cables.
-El futuro llegó hace rato y no era lo que esperábamos (como decían los Redondos de Ricotta): los carros no vuelan, las patinetas flotantes de Volver al Futuro ni se asomaron al presente, seguimos en guerra, los niños mueren de hambre, no curamos el cáncer, los ancianos siguen esperando por su pensión en una cola inhumana, el progreso fracasó estrepitosamente y en todos los ámbitos, la Venezuela del siglo XXI se acabó pareciendo un montón a la del siglo XIX (lo mismo pero peor)… y sin embargo, uno se pone los audífonos, sube el volumen y un pedazo del futuro posible vuelve a existir.
-Este domingo, una vez más, será un domingo electoral en Venezuela. Me tocará hacer la cola desde muy temprano y esperar mi turno para votar; cosa que me ha tomado hasta 9 horas, porque las máquinas de votación fallan, porque la gente no sabe bien cómo utilizarlas y tardan el doble o votan mal o porque a alguien le interesa que “esa música no corra por esos cables”. Yo estaré esas 9 horas, o las que toquen, con mis audífonos puestos, empeñado en ponerle la banda sonora al futuro que ojalá esta vez sí que sea el que esperábamos.
14 comentarios:
bueno chamo—pausa dramática—con tal que ahora no me salgas con que te gusta el reggae estaremos bien
;)
German: Con todo respeto a quien le guste el reggae... ahí sí que yo no puedo, a menos que venga muy bien disfrazado con música electrónica (el trip hop sí me gusta, y mucho)
Un abrazo
La verdad no soy muy seguidor de la música electrónica, pero no me disgusta a menos que sea muy de gym, o sea mucho punchi punchi (que término más gay [sin ofensas]). Prefiero algo más lounge.
Pero con las razones que narras en su contra, la verdad que hay mucha razón.
A la final yo opté por pensar en que los géneros de música me gustan o no, y eso no les quita su arte. Hasta un músico que hace reguetón debe tener más arte que lo que nunca tendré en ese campo, así que simplemente no lo escucho.
Pues eso, que como dice Oscar Wilde “Las cosas son porque las vemos y lo que vemos y cómo lo vemos
depende de las artes que hayan influido en nosotros.”
Escribes bien tú, cabrón (desde el cariño de un extremeña que escucha cabrón y oye muchacho). Es un verdadero placer leerte.
De música, se poco, me encanta oirla , disfrutarla, pero no soy experta, lo que si me apasiona es leerte y ese giro tan particular,y tan actual, para concluir tus trabajos. Sin duda mi escritor favorito,te admiro,Sofía Giusti.
jajaja, lo de las tortugas en el microondas por dos minutitus estuvo SALVAJE, me has hecho reir muchisimo... besos Jose
Anónimo 1: Totalmente de acuerdo, a mí de la electrónica la rama que menos me llama la atención es la del techno (sobre todo esa matraca que pretende poner a todos como hamsters dentro de la ruedita). Me gusta mucho más cuando se matiza con otras cosas: cuando se mezcla con el rock (como lo hacen Northen Lite, Caribou o Fischerspooner), cuando suena a retro-futuro (uf, ni se diga Boards of Canada o The Field), me gusta mucho mezclado con algo autóctono (Masseratti 2 lts me parece sublime), cuando está hibridado con algo oscuro o industrial (Xymox, Nine Inch Nails, Escpae with Romeo), cuando se mezcla con cine y con literatura (The Books es de las mejores cosas que he oído en años)... en fin, gracias por comentar y por escuchar.
Linterna Roja: Es el "cabrón" más bonito que me han dicho en la vida. Ojalá reúna méritos para que me lo vuelvas a decir otro día.
Sofía: Usted y yo hemos construido mil puentes con la música electrónica. Es usted mi gran aliada musical y la de más larga data, que siga el intercambio hasta siempre.
Adriana: jajajajajaja, me has hecho reír tú a mí. Un abrazo y gracias por leer y comentar.
Wooooow me encantó tu post, primera vez que entro a tu blog, como dirían en Twitter: "recomendado" por otro blog que me gusta mucho Fantocheblog, de allí luego de leer un post, mire los comentarios y tu idea del "regalo de la botella verde con 50 palabras...y el mensaje es un oraculo prodigioso" me inquieto, tanto que lo anoté como próxima tarea ;).
Ahora lo que escribes sobre el futuro que leíamos en muchos libros de ciencia ficción, verdaderamente muchos nos desvelabamos cuando niños pensando en eso..no llegó... que decir..Nos vemos en la cola, yo con un libro escuchando como hilo musical futurista seguramente a Massive Attack.
Un Saludo y disculpa lo largo.
Tampoco sé de música. Sólo oigo la que me gusta, que es clásica, jazz, étnica y de fusión. Pero la verdad, no importa que música oigas o hagas (en el caso de los músicos), lo que importa es la calidad y el corazón que le pongas. Los medios son instrumentos para expresar las ideas, los que somos, y en un mundo digital, se tienen que hacer cosas con cables. El problema está en que este mundo digital ha llegado y cambia tan rápido, que ahora es que estamos empezando a reflexionar sobre sus efectos, pero todavía hay gente que no se adapta a ellos.
Laura,
Gracias por tu lectura y por tu comentario. Me acordé de ti porque le metí Massive Attack a la cola de votación, que esta vez duró sólo 3 horas. El Heligoland de Massive Attack le va muy bien a estas elecciones.
Toña: Gracias por comentar, a mí también me angustia esa estrechez del presente, esa inmediatez que no permite disfrutar de nada con calma porque ya salió algo nuevo que deja obsoleto a lo que hace dos segundos era nuevo. Creo que es una etapa transitoria, estamos en medio de la tormenta, luego sobrevendrá de nuevo un período de calma.
uhm...
sabes yo decia eso hace unos años de la musica eletronica, eso fue hasta que tuve de compañera de trabajo una recepcionista intensa que colocaba musica electronica, pero de la experimental, tu sabes una mezcla de varios estilos entrelazados que dura 20 o 25 minutos y que sencillamente no es puro puki puki, sino que tiene samplers de diferentes partes...
de alli no es que me guste o le haga una estatua, pero me di cuenta que la musica electronica es mucho mas que el infumable puki puki que ponen todos los fines de semana en las discotecas...
saludos muy bueno
Gracias por mencionar a Cerati. Siempre es tan lindo encontrarse con Cerati. Yo ignoraba que algunos temas de Cerati eran "música electrónica", solo lo disfrutaba.
Goddam Devil:
Yo tampoco era muy devoto de la electrónica hasta que compartí oficina con unos cuantos melómanos que estaban muy metidos en esa onda. Me contagié, cosa que agradezco. Gracias por leer y comentar. Un abrazo.
Pablos: Cerati, el inevitable. No sólo por su música, también por sus letras y sus ocurrencias. A mí el Cerati que más disfruto es el que coquetea con la tecnología, que le monta la guitarra encima a una cantidad de secuencias, texturas, juegos de sonido con los que ha estado jugando en su teclado y su computadora con la misma fascinación con la que rasguña las cuerdas de su guitarra. Es una música que creo no pasará de moda jamás y que siempre sonará actual. Dígame el Dynamo, el Amor Amarillo o el Siempre es hoy.
Saludos.
me dejo pasmado con aquel tema que escuchaba de verdad plasmaste muy claro la belleza de aquellas melodias que hacen sacudir mis intestinos y mi cuerpo por completo sin duda alguna la electronica la amo y en cada cosa que hago ella siempre a estado soy de chile y amo este genero como a nada en el mundo
soy angst bsurder mode arcade saludos
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