martes, 1 de marzo de 2011

Los asesinos ortográficos


Hace dos años, a eso de las 3.15 de la madrugada, sonó mi celular y -como a esa hora sólo se llama para anunciar la muerte de alguien o dar parte sobre alguna fatalidad- me apresuré en responder. El identificador de llamadas titilaba con un “número desconocido”. Del otro lado de la línea se escuchaba una fiesta, al tercer aló lanzado al vacío me respondió la voz inconfundible de un malandro de esos que habla algo lejanamente parecido al castellano pero que cualquier lingüista con un poco de cariño por este idioma diría que indudablemente se trata de otra lengua (algo parecido a lo que hablaría un chimpancé si le operan las cuerdas vocales). La traducción del diálogo vendría a ser aproximadamente así:

-Mira, el mío, te estoy llamando para una vaina que es seria. A mí me contrataron para quemarte mañana a las 9, una jeva que tiene culebra contigo. Así que tú me dirás…

Silencio de mi parte hasta que se me ocurre preguntar: ¿Que te diga más o menos qué?

-Bueno, esta mujer hizo una oferta para que te asesinemos mañana… pero tú dirás.

-No señor, usted está equivocado… buenas noches- cuelgo.

(Estuve a punto de agregar, además, que no estaba interesado).

Pasan dos minutos y justo después del interrogatorio de mi mujer: quién era, qué quería, por qué llama a esta hora, de dónde llamaba, cómo te van a matar y qué mujer será esa, vuelve a sonar el celular.

-Mira, el mío, ponte serio, déjate de comiquitas y no me vuelvas a trancar el teléfono porque entonces no negociamos y te quebramos mañana a las 9…

Mi esposa se levanta y susurra a gritos: cuelga, no atiendas más ese teléfono, te quieren extorsionar, mándalo al carajo.

Obedezco. Apago el teléfono. Pero a las dos horas lo enciendo sin que mi mujer se entere (yo prefiero enfrentar al malandro), entra entonces un mensaje de texto con la siguiente belleza que he memorizado letra a letra:

Mire cabayero si uste valora su vida o la de su muje yame ya a este numero. es un hasunto de vida o muerte. sabemo donde estas hubicado y si no apareses lo acesinamo manana.

Y yo, ciertamente, me preocupé por la amenaza; pero lo que más me angustió fue la ortografía de mi victimario. Coño, porque yo soy de los que cree que se merece una muerte más digna. Yo le ruego a Dios que si alguien me quiere ajustar cuentas por lo menos sea alguien con un conocimiento mínimo de gramática. Alguien que sea capaz de escribir correctamente: te vamos a asesinar mañana.

Mi amigo Joaquín sostiene que cuando este horror criollo se acabe tenemos que asumir la responsabilidad de hacer que esta cuerda de maleantes que nos gobiernan paguen por sus fechorías, pero sugiere que el castigo sea a través simulador tridimensional de metrobús. Que durante años los condenados no hagan otra cosa que manejar un metrobús virtual donde la gente se suba en cambote, donde no paguen, o donde paguen con billetes de 100 y hay que darles cambio mientras se conduce por las avenidas Lecuna y Universidad, se sortea a los motorizados, se atraviesan peatones, hay que aplicar manejo defensivo contra los carritos por puesto y donde te paran los fiscales de tránsito para martillarte mientras los 80 pasajeros allá atrás se amotinan y te empiezan a quemar la unidad.

Yo sugiero también que a esta infinita gama de funcionarios mamarrachos y, sobre todo, de asesinos de la ortografía y el habla que nos gobiernan hoy, también se les condene de por vida a un simulador de segundos grados de colegios de monja. “Me va a escribir usted con caligrafía Palmer, sin salirse de la raya y sin borrones, la palabra “transparencia” 200 veces y luego me va a poner 200 veces la transcripción de la definición del término “transparencia” tal como aparece en el Pequeño Larousse ilustrado”. Y siempre, irremediablemente siempre, en la transcripción 167, al asesino ortográfico se le olvida la S (vélcia, ¿en serio tranparencia es con S?) y tiene volver a empezar desde cero, en loop, para toda la eternidad.

Y a veces en el simulador se le rompe la punta al lápiz. Y no hay sacapuntas. Y ahí viene la monja.

Cuando toda esta pesadilla acabe, y como dicen Los Planetas van a sacarte los dientes/ y van a televisarlo/ simplemente por las cosas que has pensado, se abrirán juicios sumariales y seguramente los sentados en el banquillo protestarán: pero yo no robé, tampoco abusé del poder, yo simplemente cumplía con órdenes de mis superiores; ante lo cual a todos ellos se les responderá de idéntica manera: “Sí, pero es que usted está siendo juzgado por cargos relacionados con su inconmensurable (búsquelo en el diccionario que tiene sobre la mesa, por la “i”, eso no es con “h”) incapacidad para ejercer el cargo que asumió y por crímenes de lesa hispanidad (un crimen recién tipificado que no prescribe).

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso de "tranparencia" por transparencia, me recuerda que en estos doce años, repitiendo la palabra constitución, todos los días y varias veces al día ,todavia la pronuncian "contitución" Y son representantes altísimos del gobierno.(Para que más nos duela).
Excelente trabajo.

Ana dijo...

Crimen de lesa hispanidad... ¡Y cómo está de lesa!

Buena el mio ;)

PFerrer dijo...

Jose, excelente como siempre. Esto me trajo a la memoria un mensaje de texto que recibi de una chica de la peluqueria que quieria que le averiguara el precio de algo en el exterior. Al no recibir noticias mias, escribio: "Me as veriguao la cosa?

Hans Graf dijo...

Chamo, amigo Urriola, como todo lo que escribes men...me hace reir, llorar, pero sobre todo, asumir este barranco....

Víctor dijo...

Castigarlos mandándolos a manejar buses o camiones no es castigo: recuerden al canciller Maduro.

En cuanto a la muerte digna, no seamos pretenciosos: cualquier historia de muertes ridículas incluirá a un ignorante que elimina a un tipo educado, Arquímedes y el soldado romano pero idiota que lo atravesó con la espada, por ejemplo.

Adriana dijo...

ayayay, lloré de la risa con lo de tu asesinato, mejor dicho, con la angustia tuya, no de ser asesinado por un malandro, sino por la falta de ortografía del hombre.

tortura a los criminales!

Unknown dijo...

Puede ser el lenguaje tan vivo y dinámico que se degenere así mismo? o es posible que en nuestro caso los horrores gramaticales y ortográficos sean el producto maestro de las mentes brillantes de la vulgaridad; Que un malandro cualquiera nos agreda con su léxico es hasta “normal” considerando la violencia cotidiana a la que estamos sometido, pero esa violación más allá de lo meramente estético es en estos tiempos un plan siniestro, no es una casualidad que se les cuele en plena inauguración de la UBV, UniverCidad, más cuando esta Universidad expresa el anti intelectualismo cómo una formalidad y no podría ser de otra forma, cuando el presidente que aseguro en una de sus alocuciones que la humanidad tiene 25 siglos en el planeta ya se ofreció cómo catedrático en matemáticas.
Saludos

Heavy Metal Hamster dijo...

Demasiado acertado. A pesar de que en la mayoria de mis escritos ignoro los acentos (quizas porque tengo algo de asesino de ortografia dentro de mi) tambien siento una especie de asco desgarrador (algo asi como cuando uno aniquila una cucaracha) cada vez que veo horrores ortograficos de ese calibre...


excelente blog.