Llegué a Domingo en Llamas, como suele pasar con tantas cosas que acaban dejándote huella imborrable en la vida, por la vía más insospechada. Por el más verde de los caminos. Mi amiga Kiki García me ofreció llevarme a casa luego de una jornada laboral en el Banco del Libro. Íbamos los dos en el kikomóvil (un Malibú vinotinto, modelo 83, que se empeñaba en pasarse más tiempo accidentado en el estacionamiento del trabajo que rodando por las calles de Caracas) y en eso Kiki me dijo: “¿Quieres oír algo buenísimo?” y sin dejar que le respondiera me puso a todo volumen un disco de algo a lo que no había escuchado jamás.
Ya lo sabemos que la relación con la música es una cosa diáfana y directa. Te llega o no te llega. Te gusta o la detestas sin mayores inmediaciones y sin permitirle casi nunca segundas oportunidades. Este fue uno de esos casos en los que no tienes otro remedio que exclamar con toda franqueza: “Qué cosa tan buena ésta. ¿Quiénes son estos tipos?”. “Es un tipo. Se llama Domingo en Llamas”. “¿Y de dónde salió este loco?”. “De Baruta. Se llama José Ignacio Benítez, es panísima de mis hijos y es más criollo que la arepa”.
Algunas semanas más tarde, José Ignacio en persona estaba de visita en el Banco del Libro y a Kiki no se le ocurrió nada mejor que apelar a ese bochornoso instante (que hoy se lo agradezco tantísimo) en el que alguien suelta: “Mira, él te quiere conocer” (señalándome con el índice que sostiene al Astor rojo).
José Ignacio Benítez, alias Domingo en Llamas, resultó ser uno de los artistas más integrales, talentosos, humildes y buena gente que haya conocido jamás. Un animal extraño que evidencia la supervivencia de una especie en franca extinción: la de los genios modestos. Al día siguiente lo vería regresar de visita en mi oficina, esta vez con un CD donde compilaba sus 7 discos grabados artesanalmente, por sus propios medios, y en menos de 5 años.
Me tomaré la libertad de hacer una doble sentencia sin el mínimo resquicio de duda: Domingo en Llamas es el mejor vocalista y el mejor letrista que haya conocido jamás en la música venezolana. Un prodigio, ni más ni menos. Es el Leonard Cohen de Baruta, nuestro propio y personalísimo Bob Dylan.
José Ignacio es de los pocos músicos del patio que no se ha olvidado de la poesía. Quizás ni lo sospeche: es un músico-poeta o un poeta haciendo música. No sólo es un asunto métrico, melódico, la aritmética del verso que encaja a la perfección con los acordes de la guitarra, sino que su poesía cobra significado por igual tanto en el vuelo lírico como en la narración. Son poemas narrativos musicales eso que él hace desde su estudio casero.
Para colmo de fortunas, Domingo en Llamas –con un complejo de salmón que nos inspira a todos los que lo padecemos- es un músico atípico que se niega a presentarse en vivo y también a comercializar su música. Sus discos son colgados por propia voluntad gratuitamente en Internet. No busca fama ni dinero ni clubes de fans que le idolatren, simplemente quiere que la gente –con apenas un clic- lo lleve consigo y lo escuche. Durante los últimos años José Ignacio ha hecho 8 discos (8 joyas imprescindibles) y se ha presentado en vivo menos de seis de veces. Por lo que estamos hablando de un fenómeno de culto digno de estudio y, sobre todo, de ser seguido.
Hace un par de años dos queridos alumnos, Javier Camacho y Alejandro Silva -de esos que a la larga acaban por convertirse en buenos amigos- se me acercaron una tarde para preguntarme si accedía a ser el tutor de su trabajo de grado: un documental sobre Domingo en Llamas. Algo que me describieron como una película documental que tenía matices de sinfonía urbana mezclada con road movie. La idea era la de trazar la ruta urbana de esa Caracas por donde se desplazaban Domingo en Llamas y sus letras. En fin, una película que ya me hubiera gustado tener la oportunidad de hacerla yo mismo.
Hoy la película está lista y la tesis será defendida en pocos días: “Amigo de la tormenta, vecino de la locura. Un acercamiento documental al proyecto musical Domingo en Llamas”. He de decir, independientemente de lo que dictamine el jurado (qué horror los jurados, cuánto espanto y qué atrocidades de las que son capaces), que el documental acabó siendo un homenaje honesto y precioso, digno de la música de Domingo en Llamas.
Siempre alabé cuando niño el altruismo de algunos compañeros de juegos que cuando jugábamos al escondite tocaban la meta y gritaban: “libro por mí y por todos”. Quiero agradecer a José Ignacio Benítez (con su música) y a Javier Camacho y Alejandro Silva (con su cine) por haberse tomado la molestia de librar por mí.
Salud.
14 comentarios:
Ese Javier Camacho, un día hablando casi que por error de Arcade Fire me habló de Domingo en Llamas. Lo bajé, no conecté de una. Un día haciendo como si trotara, pero agotado de verdad, La Danza de San Blas se coló por los audífonos y me quedé pegado con el resto de sus discos. Ojalá me den las horas para ver el documental.
Domingo en Llamas. Qué buen nombre ya por ahí quiero ver el docu :)
ya lo voy a escuchar. al mundo le hacen falta muchos mas "locos' como domingo en llamas :D
GRACIAS!!!
especialemnte a mi, me hacia falta encontrar (hoy) alguien asi.
las casulidades, que son mas bien causalidades, como diría Schopenhauer
POR DIOS
este loco es LO MAXIMO!!!
gracias gracias gracias gracias
con tu permiso, va para el viernes de musiquita, oh si!
Ya mismo lo busco para escucharlo y después disfrutaremos el documental!!
El Buruso: Gracias por leer y comentar. Ojalá puedas ver el documental, me parece una película muy digna que tiene unos momentos realmente extraordinarios y estoy seguro la vas a disfrutar. Un abrazo.
Ana: Domingo en Llamas es un buen nombre, claro que sí. Le sienta de maravilla a su música.
Adriana: Qué maravilla que te animaste a descargarlo y te gustó. Me contenta. Un gran abrazo y seguimos en contacto.
Anónimo: Te paso la música y también el documental. No te preocupes que ya tendremos tiempo para escucharlo y verlo.
Gracias a todos por sus lecturas y comentarios. Un abrazo,
Jose
Me encantó Domingo en llamas, asi como el grupo Mum recomendado hace algunos años, sin duda compartimos los mismos gustos musicales y literarios.
Con semejante recomendación y comentarios, es imposible resistirse a dar una probadita.
Imposible resistirse a dar una mordidita con semejante recomendación y comentarios. Excelente artista, pero tiene que salir a la luz, con ese brillo dejará encandilados a incontables hambrientos de poesía musical.
Muy buen escrito, le hace justicia al gran José Ignacio. Los que lo conocemos lo tenemos en alta estima y le tenemos una gran admiración, de verdad que es una joya que no tiene comparación, no sólo en este país, yo diría que en el mundo, es uno de los mejores.
Saludos!.
Hola José, he tenido la oportunidad de seguir la carrera de José Ignacio desde hace años, incluso la suerte de entrevistarlo y verlo en vivo en par de ocasiones…La pregunta es, hay oportunidad de conseguir o ver ese documental?
Agradecido por tu tiempo, siempre disfrutando de tu maravilloso blog!
Un abrazo,
Roberto
Estimad@s:
Apenas sepa detalles en cuanto al estreno y la difusión del documental de Domingo en Llamas, pondré el anuncio en este blog con la debida antelación para que puedan ir a verlo.
Gracias por sus lecturas y comentarios.
Un abrazo,
JU
Profe. La página donde siempre habían estado colgados los discos no aparece por ningún rincón de la red. ¿Sabrás dónde están? :)
Si los encuentras, harás felices a muchos.
Los enlaces para buscar su música ya no funcionan. Alguien sabe donde más puedo conseguirla?
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