Ilustración de Ricardo Cie (@panamayor)
Ocurrió ayer a las 6 de la tarde en la calle Lamartine esquina con
Homero. Un policía de tránsito insistía en ponerle una multa a una señora que
supuestamente había cometido una infracción. El marido de la mujer, desde el
puesto del copiloto, baja del auto para intentar negociar con el uniformado. Le
intenta explicar, convencerlo, evitar que la injusticia sea consumada, pero el
policía está dispuesto a hacer gala de su poder. La mujer se harta de esperar
el desenlace sentada detrás del volante, hace ademán de bajarse también del
carro, el marido la ataja desde el otro lado del parabrisas haciendo gestos como
de portero con ambos brazos extendidos a punto de atajar un penal. Entonces el marido se
gira hacia el policía y le suelta una última carta, la más rara de todas,
también la más honesta y temible de su arsenal: “mire, usted está a punto de
enfurecer a mi señora; no se lo recomiendo, se lo digo yo que en eso tengo años de
experiencia”.
3 comentarios:
Pobre esposo sufrido y pobre policia; la que le esperaba . Excelente la ilustración de Ricardo Cie.
jajaja esa mujer mejor no enojarla! coincido con anónimo, formidable la ilustración, una pasada...
Abrazo desde Barcelona
Jajajaja, no sé si eso sirva en Venezuela.
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