Sin ningún motivo aparente amanecerás un día con la imperiosa necesidad de hacerte la maleta. Mete allí lo estrictamente indispensable. Ni una prenda de más, mete también un peine y un cepillo de dientes con un tubo de dentífrico pequeño. Te mantendrás en vela durante seis días con sus respectivas noches. No es tu decisión ni lo podrás evitar, está escrito, así que acéptalo e intenta relajarte (que igual no servirá de nada). Podrás tomar lo que se te ocurra para inducirte al sueño o meditar, nada te hará efecto ni un poco. Comprobarás entonces cuán parecido es el insomnio a la locura.
Al séptimo día te vencerá el cansancio y dormirás un sueño profundo, como si una mano divina te hubiera desconectado el cable o bajado los interruptores. Despertarás varias horas más tarde como quien experimenta un segundo alumbramiento o como quien se asoma a este planeta por primera vez; con esa sensación de que no sabes quién eres ni dónde estás. Pero esta vez no será pasajero. Los segundos de confusión se convertirán en minutos y ya no serás capaz de conectar los fragmentos y arraigarte a esta tierra. Tomarás tu maleta, allí tirada a un lado de la cama, y saldrás a la calle.
Mira al cielo, allí va un pájaro negro. Síguelo, es el primer paso para llegar a donde deberías estar. La vida te ha dado una segunda oportunidad, un nuevo comienzo desde cero.
1 comentario:
...es un pájaro de lo más extraño.
Volado entre las nubes,
se me escapa.
Gracias por un horroróscopo tan bonito.
Feliz viaje y futuro, mi escritor preferido.
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