viernes, 26 de octubre de 2007

Ultra Soda



-Por favor no permitas que me den ganas de volver a ir al baño.
-¿Por qué, está muy sucio? El de hombres es tal cual como el del Universitario en un Caracas-Magallanes.
-El de mujeres es asqueroso ¿Te acuerdas del baño más sucio de Escocia en Trainspotting? Bueno, cuando queramos hacer la versión latinoamericana ya sabemos dónde es: el de damas en la tribuna general del Monumental de River.

Se apagan las luces, se encienden las pantallas, se destapa el concierto con “Juego de Seducción”. Allí están otra vez Cerati, Alberti y Zeta, diez años más tarde, rozando los cincuenta, han vuelto como si nunca se hubiesen ido, tocando como los dioses, con pinta de superhéroes veteranos, ciertamente más calvos, con más canas, añejados y curtidos, pero superhéroes al fin. Más Stereo que nunca, Ultra Soda, un tren descarrilado a todo volumen, o mejor un cohete supersónico. El público se asume como inmensa aguamala que se comprime y se agita bajo los haces de luz violeta, salta y se contorsiona como una planta carnívora cuando siente el impacto de los destellos blancos. Los chicos de al lado no se saben ni una canción, pero quién dijo que había que sabérselas cuando lo que se tiene adelante es más un mito que una banda. Se fuman a razón de un porro o dos por tema, cuando vamos por la mitad del concierto ya ni saben muy bien quiénes son esos marcianos que tocan allá en la tarima, y definitivamente prefieren la realidad filtrada por el visor de cristal líquido de su cámara digital que la que se aprecia a pepa de ojo. De vez en cuando intentan seguir el ritmo con aplausos y alcanzan a chocar las manos justo en el momento en que las 120 mil palmas restantes guardan silencio.

Hace muchos años -tantos que ahora siento que fue otro quien lo hizo- escribí una historia dedicada a Soda Stereo. En el cuento tenían veinte años de haberse disuelto (y ni tenían la más mínima intención de reagruparse) y nunca más había salido de este pedazo del mundo una banda tan digna; peor aún, la única música autorizada a sonar en Latinoamérica sería el neo-techno-merengue-erótico. Dadas las circunstancias, un grupo de peligrosos subversivos culturales que en la clandestinidad trafican letras y cintas de grupos extintos como Soda Stereo y Sentimiento Muerto deciden ejecutar un plan: secuestrar a Cerati, a Zeta y a Charly Alberti y obligarlos a reunificar la banda. Buscarlos hasta en el fin del mundo, amarrarlos respectivamente a una guitarra, una batería y un bajo, hacerlos tocar en un megaconcierto costara lo que costara, así fuera en silla de ruedas, así no se acordaran ya de sus propias canciones, así se odiaran por viejas rencillas, así les costara la vida. La propia. La de sus centenares de miles de espectadores que acudirían al recital.

Había olvidado por completo el relato. Mientras estaba en el concierto lo recordé con una nostalgia que rozaba la pena. Sentí que ya no tenía ningún sentido, que la vida se había encargado de pisotear lo escrito, de orillarlo hasta que se fuera por la cuneta. Y la verdad, menos mal. Porque estar allí, ese día, en ese concierto y en ese estadio significaba para nosotros más. Mucho más. Se había perdido una historia, a cambio se había ganado una experiencia de esas que no se pueden contar. Apenas un balbuceo sonámbulo: el avión, la luna, el pájaro, Soda Stereo, los otros sesenta mil, tú y yo.

Aunque, pensándolo bien, quizás se podría ajustar la historia luego de lo vivido. Obligarlos a tocar un repertorio hermético donde no falte ninguna ni sobre nada. Donde estén todas las que tienen que estar y en el orden justo. Que el cierre sea tan genial y tan absurdo como aquel del “gracias totales”. Y que salgan otra vez, y otra, y otra, hasta que la masa drogada de tanta energía colectiva sea quien decida que ya basta, que no más. Tocar hasta reventar. Qué más da, si total es el último concierto. “Eso, amigos de Soda, o los encerramos bajo llave y para siempre en el baño más sucio del continente, que ya sabemos cuál es. Ustedes dirán”.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Me sucedió algo parecido hace unos años cuando vino a tocar a la ciudad Lou Reed con 150 años y una banda surrealista. Tenía mis dudas, porque me molestaba mucho que ahora el líder de La Velvet no dejara fumar en sus conciertos después de haberle visto pincharse heroína en directo, presionando su brazo con el cable del micrófono tras los primeros acordes de Heroine. Sin embargo fui. Lou estaba estupendo, en plena forma, pero aquello parecía la parada de los monstruos con un batería eléctrica super yankee, un chica grunge al bajo, canciones modificadas, modernizadas y un chino absurdo que salía, de vez en cuando, a hacer su pequeña exhibición de Tai-chi en medio de todo. Estaba a punto de llorar de penita inmensa por la pasta gastada en desmitificar a quien había servido de banda sonora en tantos momentos de mi vida, cuando de repente, sonó Sweet Jane. Sonaba idéntica a la original, la guitarra, la voz, hasta la puta batería sonaba igual, y se me erizó el cuerpo entero. Lloré sí, pero de pura emoción. Le agarré de la mano a mi acompañante y él la apretaba fuerte del mismo modo. Le miré, miré atrás, del otro lado y todo al que miraba, tenía los ojos encharcados y se tocaban entre ellos. Una reacción de éxtasis total por lo reconocible al escuchar a Jane intacta y tan dulce. Sin cerveza, sin humo y sentados en butacas; sólo todos nosotros y Sweet Jane.

Anónimo dijo...

...pues sí...por 90 pesos, allí estábamos, la luna, el avión, el pájaro, Soda Stereo, sesenta mil cabecitas, tú y yo. La cita es obligada: Gracias Totales.

Anónimo dijo...

Esa música y ese grupo como tantos otros los escuchaba cuando tu eras muchacho , y aprendí a quererlos tanto que los recuerdo como algo muy importante de nuestra casita de la Boyera.

IERL dijo...

José, es inevitable recordar que fue a traves de ti que escuché SODA por primera vez en aquellos años del colegio. Hace 9 años fuimos juntos al ÚLTIMO concierto en el estacionamiento del Poliedro, excelente y agotador pues la pendiente estaba invertida, recuerdas? jajajaja. Allí ni siquiera había el peor baño de Escocia o su equivalente latinoamericano, allí en fila se orinaba en la cuneta. El relato de lo vivido por ti en BsAs me hace sentir impaciencia para usar las entradas ya compradas para la fecha de Caracas. Abrazo.

Anónimo dijo...

Aún no puedo creer que me haya perdido ese último concierto aquí. Tan cerca. Tan lejos. Error cometido y lección aprendida, después de leer tu relato no puedo tener más expectativas sobre esta nueva reunión. Es como si el universo hubiese conspirado para que yo pueda contarle a mis nietos algo como lo que tú nos cuentas ahora.

Gracias por el abrebocas!

Anónimo dijo...

que mal no tiene el presi no_? que un periodisticucho como tu puede viajar HASTA Buenos Aires para ir a ver Soda Stereo (seguramente porque la gente de venezuela te da asco su cercania como para verlos alla y quizas el sudor de los argentinos por eso de la mezcla europea, cuando te cae cerca te ennoblece mas aun)cuanto pagastes unos 600 u 800 dolares por tupasaje, ademas habras ido con tu tarjeta de credito y tu miserables 5000 dolares que te da el regimen para gastarlos en algo tan importante como viajar a argentina para ver a soda.... pana eres increiblemente patetico, es de no creer, pensar que todo ese grupito de hbo tuyo era asi, si yo trabaje contigo pajuo, te conozco desde que te casaste con la vieja... y sabes que cada dia me sorprendo de tu blog mas mas y mas, si, soy un gran admirador tuyo pero sabes porque porque me heces recordar todos los dias el pajuo y el patetico que no quiero ser, vete a comermierda un rato jose ¨pajuo ¨urriola a quien crees que enganias... que mal nos tiene el rrrrrrrrrrrreeegeimen mi amor, no soporto mas toda esta marginalidad, vamos de paseo a buenos aires a ver soda que verlo en el hipodromo va a ser muy fu

Anónimo dijo...

Anónimo:
Que Odio destilas, le tienes envidia a Urriola ?, si ¨´El viaja, es con el producto de su trabajo. Me consta. Eso si no tiene para Hummer ni para whisky caro.....
Ese odio enferma y habla muy mal de ti, como persona. A Urriola no le hace ni coquito, si es que lo quieres maltratar. Sólamente tu sales dañado y no sabes cuanto.

Jose Urriola dijo...

Anónimo:
Espero que no te haga reventar con la noticia pero, imagina tú, hasta me alcanzó la plata para verlos también en el Hipódromo. Nos vemos allá, no?

Anónimo dijo...

Recuerdo la primera vez que vino a Caracas. Tuvimos la oportunidad de ir al Estudio Mata de Coco. Nosotros liderizados por Jose A, disfrutamos de ese concierto más bien con poca gente... No se cuantos anos después pero ahora con una gran multitud espero con una emoción casi infantil...

Anónimo dijo...

Urriola que impresión cada vez te engrandeces más... que forma tan elegante de responder a un individuo que no sabe expresarse sino con odio y vulgaridades... gente como tú es lo que le hace falta a Venezuela...mm

Anónimo dijo...

Al anónimo incendiario:
Amigo, un consejito, hasta para insultar se necesita buen gusto; y si no se tiene -como es el caso a luz vista-, por lo menos hay que tener una ortografía decente.
Urriola: Yo no estaré en el concierto de Soda en Caracas, me encantaría leer algo sobre él en este mismo blog que tantos buenos ratos nos ha dado. Un abrazo.

Carlota dijo...

Te cuento: me muero por Soda!!!!! como todos los de nuestra generación...
Le regalé a mi esposo la entrada, pero lamentablemente no pude comprar para mi... y sabes qué??? mis alumnos me regalaron mi entrada... qué tal????
Soda allá voooyyyyyyyyy!!!!
Besitos

Carlos Eduardo Fuenmayor dijo...

Muy bueno
UN FUERTE ABRAZO

Anónimo dijo...

Me han invitado a leerte en varias ocasiones. Lo he hecho desde mi anonimato y mis simpatías de lo leído contemplan desde un lado de la acera otros ánimos.

Soda Estéreo no es de mi agrado pero si el de mi amor incondicional. Así que estaré en La Rinconada, a pesar de los tiroteadores que ahora son de oficio, en El yaque y en Carl Cox.

Caigo en la obligada referencia, antipático porque en el devenir de los 8 años pasados uno piensa que no entra en diatribas inferiores, del anónimo enemigo, del anónimo chavista, de áquel que piensa que un gobierno te "dá US 5.000" sin considerar acaso (porque no tiene la capacidad de hacerlo o porque está programado para no tenerla) que la más esencial libertad debiera permitir que se gaste lo que le de la gana a uno en lo que unop quiera. No, que te den US$ 5.000 para hacer lo que el gobierno desee -por cierto a no me lo dan, a mi cuesta Bs. 2.150 cada uno de esos dólares-.

Me disculpo ante ti y tus lectores de rigor por este anzuelo tragado por mi, por este enganche -quizá fuera de lugar- vil, pero siento que ataques de este tipo nos estancarámn en estos lares por tiempo, mucho tiempo.

Espero poder comentar tu escrito artículo y no el responder este tipo de cosas...

Perki dijo...

casanova,

He decidido utilizar tu blog para contarle al pueblo venezolano que como todo uruguayo a quien le gusta soda stereo, tuve que cruzar el charco para disfrutar de este inolvidable reencuentro, (es más me cruce con unos pibes venecos que creo que vos conoces!...)
Soda stereo va pa´todos lados menos al paisito... a Montevideo... no hay segundas vueltas ni saludos privilegiados para el pueblo uruguayo 

En cuanto al debate suscitado por el “anónimo” solo tengo una cosas para decir, conozco a urriola hace 4 años, es más, fue el primer venezolano “pana” que tuve y creo que si su pueblo tiene gente con la dignidad, bondad e inteligencia del “chamo U.” hay una luz de esperanza para que su realidad pueda cambiar.