Sagitario

Un interés inusitado por los videojuegos te va a embargar este año. Te asomarás, en principio con curiosidad tímida, a ese mundo que hasta ahora no te había llamado en lo absoluta la atención pero al rato te descubrirás metido allí de cabeza como un adicto obseso. Te crearás un avatar, con cariño y con paciencia lo irás construyendo para que te represente; para que juegue por ti y libre por ti. En fin, para que sea tú allí donde tú no puedes. Irás ganando destrezas para tu criatura, nuevas ropas, nuevos poderes y armas. Le diseñarás cada pelo y la tonicidad exacta de cada músculo. Y le enseñarás cosas que nunca nadie antes había osado enseñarle a un avatar. Pasarás cada vez más horas jugando, no tanto por el placer de jugar, sino por el gusto de sentirte otro: alguien mejor que tú. Como un ermitaño te irás reduciendo a tu cuarto, dejarás de ser visto, progresivamente irás cortando todo nexo con el mundo exterior. De a poco dejarás de ser tú para hacerte tu avatar y vivir en él. Que viva por ti allí en ese espacio donde te sientes mucho más feliz.

Será demasiado tarde, y ya estarás demasiado débil, para cuando entiendas que tu avatar es codicioso y tiene su propia agenda oculta. Tiene envidia (siempre la ha tenido) de todo eso que tú tienes y él no puede. Se ha estado entrenando para apoderarse del mundo que has dejado abandonado allá afuera. Se rebelará y se te saldrá de control. Será entonces un buen amante de tu pareja, un gran colega para tus compañeros trabajo, un vecino ejemplar para tu barrio y un mejor amigo de tus amigos. Ocupará tu espacio y será como tú, pero mejor.

Tirará un día a la basura la consola de videojuegos, porque la considera una etapa superada y cerrada. De ti nadie sabrá jamás ni te extrañarán ni un poco.