jueves, 24 de enero de 2019

Sobre el fútbol, la vida y todo lo demás


Albert Camus, quien durante sus años universitarios fuera portero titular del Racing Universitario de Argel (RAU), decía: «Todo lo que finalmente sé con mayor certeza respecto a la moral y a las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol».

Así que yo me voy a animar a hablarles de Mario y de tres cosas que me enseñó Mario siendo el entrenador del humilde equipo de fútbol en el que jugué en la infancia. No recuerdo el apellido de Mario, solamente sé que era uruguayo, bajito, tenía bigote bien poblado y el pelo siempre desordenado. También que caminaba lento mientras daba las instrucciones. Muy lento, de lado a lado, apoyando muy bien la suela de goma de sus zapatillas deportivas siempre impecables. Con todo el pie, como quien deposita el peso entero del cuerpo sobre una burbuja. Y como quien se lo goza paso a paso. Nadie en el mundo ha caminado tan sabroso sobre unos zapatos de goma como Mario. Eso pensaba de chamo. Eso sigo pensando.

Mario, además de su don envidiable para caminar sobre zapatos de goma, me enseñó tres cosas.

1) Uno no sale a la cancha pensando que va a perder. El que sale pensando eso, pierde. Así que uno, así enfrente al Barcelona con Messi, salta a la cancha pensando que quién quita, las sorpresas se dan, pero porque uno las busca y se las cree. De lo contrario, ni juegues.

2) El rival no se menosprecia. Está ahí para hacerte daño. Y lo hará, cuenta con eso. Así que prepárate a que te meta goles y patadas. Prepárate siempre para tener que remontar, aunque parezca por momentos titánico o imposible.

3) Disfruta de los goles cuando los metas. Cántalos. Gózalos. No solo porque te lo mereces, sino porque le haces saber al contrincante que tú también sabes ganar. Y lo haces, además, con una sonrisa.

Esa tres cosas aprendidas de Mario no se me olvidan. Tres cosas que aplico, todavía a estas alturas, para el fútbol, la vida, el universo y todo lo demás.

Nadie dijo que sería fácil, pero vamos al terreno –sin triunfalismos pero tampoco con derrotismos–, a jugar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La situacion del pais , me habia alejado de tu blog y por eso lo disfruto tarde. Excelente este recuerdo del gran Camus, Augusto Herrera.

Francisco Javier Colmenares dijo...

Desde hoy un lector más. Gracias .