jueves, 10 de marzo de 2011

Bailar de arquitectura: The King of Limbs de Radiohead


Aquella sentencia de Frank Zappa: escribir sobre música es como bailar de arquitectura, tiene ecos de resonancia en mí. Y sin embargo no puedo evitarlo, cada cierto tiempo tengo la imperiosa necesidad de echar un pie sobre la azotea de algunos edificios. Así que hoy no sólo voy a volver a bailar sobre arquitectura sino que además lo voy a hacer con una pelota de fútbol.

Thom Yorke, vocalista y cerebro de Radiohead, siempre se me ha parecido a Lionel Messi. Tienen una locura similar. Están tocados por una bendición (o maldición, depende desde dónde se mire) que los convierte en unos superdotados para ejecutar sus respectivas artes, pero en detrimento de su incapacidad para relacionarse con el mundo en otros ámbitos. No les pidan entrevistas, no les pidan sesiones fotográficas, no les pidan ser modelos de ropa interior, colonias o autos. A Yorke sólo le interesa cerrar los ojos y hacer música, refugiarse en ese mundo interior desgarrado que traduce magistralmente en canciones. Lo mismo pasa con Messi, vive del fútbol, en el fútbol y para el fútbol. Como suele suceder con los genios, ambos tienen mucho de freaks.

He sido admirador incondicional de Radiohed desde la adolescencia. Me parece una banda que siempre se las ha ingeniado para estar un paso por delante, unos metros más allá. E incluso un mal disco de Radiohed, en mi opinión, sigue siendo como el menos apasionante de los cuentos de Bioy Casares: mejor que el 95% de las cosas que uno pueda escuchar o leer por ahí. Sin embargo mi afecto y admiración por Radiohead (como me pasa con el glorioso equipo merengue del Real Madrid) no pueden nublarme las entendederas, asumo que cuando no me gusta cómo están jugando lo tengo que reconocer y decir.

The King of Limbs, el último disco de Radiohead, dista bastante de lo que podría haber esperado de Thom Yorke y compañía. Es el disco de Cristiano Ronaldo más que el de Messi. Está demasiado pendiente de ganarse el balón de oro, demasiado pendiente del peinado armado con gelatina, de los abdominales, de la manera en que le queda perfectamente entallado el uniforme, preocupadísimo por lo que dirán los críticos y el autoproclamado público de conocedores. Mientras tanto Messi anda por la vida y por la cancha con el pelo indomable del que se acaba de despertar, le quedan largas las mangas y le cuelgan de las manos como a un espantapájaros (y poco le importa), a Messi no le interesa el balón de oro ni la foto que saldrá mañana en la portada del Marca, él no está pendiente de la imagen para la posteridad y de la alabanza, él sólo está interesado en hacer ese pase de la muerte con tiralíneas para que otro la corone o cruzarla con toquecito sutil para meter el gol más bonito jamás.

The King of Limbs pareciera ser un disco para gente que sabe mucho. Un disco hecho por inteligentes para que le agrade a los inteligentes. Le sobran florituras y regates, se empeña –como Cristiano- en hacer bicicletas y taconcitos, en forzar un túnel, un sombrerito o un dribling cuando se impone (y se agradecería) la sencillez de la línea recta. Cuando hubiéramos esperado mayor economía de recursos, ruiditos y colores, la magia de la simpleza, no más.

Nadie le quita a Ronaldo sus dotes como grandísimo futbolista, a medio camino entre Beckham y Zidane, su problema se agudiza cuando sus inclinaciones por la fama, el reconocimiento y el aplauso lo llevan por un derrotero donde absorbe todo lo malo de Beckham y nada de lo bueno de Zidane.

Pienso que Yorke y Radiohead siempre han hecho música para sí mismos. Son como esos escritores que escriben sin estar pensando en destinatarios definidos, en premios, en publicaciones o en otros lectores implícitos distintos a sí mismos. Esa franqueza, esa voz interior tan honesta que se deja translucir en lo que hacen es lo que se agradece, es lo que realmente los hace una piedra especial que escogemos para llevárnosla a casa entre todo el mar de piedras de la playa.

Miguel de Montaigne en una de sus máximas sostenía que no había en el mundo cosa más implacable que el juicio de la propia consciencia. Eso mismo que le sobró a Kafka cuando decidió que el mejor destino para lo que había escrito era el fuego (los testamentos traicionados que su amigo más tarde publicó). Y quizás lo mismo que le faltó a Radiohead para permitirse esta jugada llamada The King of Limbs que no acabó por convertirse en golazo genial de Messi sino en foto de primera plana de Cristiano Ronaldo decepcionado por haberla fallado (una vez más).

10 comentarios:

El Público dijo...

Jose,
Por mi parte nunca me ha entrado un disco de Radiohead a la primera desde el Kid A en adelante, así que les voy a tener paciencia hasta que pueda sopesar mejor los temas, sobre todo en vivo. Así, de algún disco de Radiohead solo puedo hablar en pesente cuando la publicación del mismo ya esta en pasado.
De todas maneras, el que sigue sin gustarme casi nada es el Amnesiac.

Luigi Martínez dijo...

radiohead hizo, hace y hará música adelantada como bien atinas en tu comentario. en lo personal no he querido hacer una crítica sobre este disco porque sé que su principal virtud es esa misma y sólo el tiempo lo consagrará o sepultará. es la fortuna o desgracia de quienes apuestan por la vanguardia. recojo y comparto muchos de los puntos que mencionas y desde un punto de apreciación muy parecido al tuyo, pero me parece un error garrafal comparar al disco y la banda con la superficialidad de cristiano. nunca radiohead ha pecado de dichas comparaciones que destacas y menos aún con este trabajo. corrígeme por favor, si me equivoco, o no comprendí tu metáfora sobre la superficialidad de yorke y los suyos.
en otras palabras, muy agradecido por tu labor y agraciado verbo. saludos!

Jose Urriola dijo...

El Público,
A mí el Kid A y el In Rainbows me ganaron a la primera; el Amnesiac y el Hail to the Thief me gustaron bastante menos. Yo con la música y los libros no soy de segundas oportunidades, me enganchan de unas o los abandono a la primera. Siento que me estoy perdiendo muchas cosas que realmente me gustarán por forzarme el gusto con algo que no me llega.
Gracias por la visita, hacía rato que no te veía por aquí.

Luigi,
Mi intención no es decir que Radiohead es superficial, sino que –en mi opinión- este disco pareciera un intento desaforado por buscar la consagración (una consagración que Radiohead no necesita). Por eso la metáfora con Ronaldo, está más pendiente del balón de oro, del aplauso de los entendidos y de la foto de la portada que de jugar fútbol como le nace del estómago. Creo que Yorke y compañía acostumbran jugar como Messi y esta vez no lo hicieron (como en otras oportunidades, por cierto). Poco me importa si mañana el canon decide que fue el mejor disco del 2011 o uno de los más mediocres. Hace rato que descreo del canon externo, tan reflejo cultural del mundo que nos ha tocado vivir, prefiero refugiarme en mi canon personal donde, entre otras cosas, seguiré siendo madridista y radioheadista (eso no me lo quitarán ni que bajen a segunda) pero donde me tomaré siempre la libertad de decir: no me gusta cómo jugaron la última vez. Y, en mi canon personalísimo, defenderé a capa y espada mi derecho de ponerles una X roja acompañada de un comentario: si vamos a jugar así es mejor que perdamos.
Créeme que he padecido más el exceso de florituras y de regates sobrantes de Ronaldo que disfrutado las genialidades cargadas de autenticidad y simpleza de Messi (ojalá no fuera del Barcelona, en un mundo paralelo juega para el Madrid y no es Brasil el que tiene el Pentacampeonato). Ese exceso de colores y ruiditos y rompimientos del King of Limbs me hace añorar la sencilla honestidad de otros discos de Radiohead.
Gracias por leer y comentar. Se agradece enormemente. Ah, y avísame cuando te decidas a escribir tu crítica, me gustará leerla.
¡Salud!

Anónimo dijo...

No soy especialista en la buena música, ni bandas ni cantantes modernos, tampoco buena conocedora de las técnicas del fútbol, pero si se , admiro y aprecio cuando algo está bien escrito y llega claro a los lectores, por eso me encanta tu trabajo y comparación con esas dos estrellas Messi y Cristiano Ronaldo.

Jose Urriola dijo...

Querida Anónima: siempre me las arreglo para reconocerte, quizás porque nos conocemos muy bien. Y me temo que peca usted de modesta, porque sí que sabe un montón de música. Hemos sido aliados musicales desde la infancia. La primera gran aliada musical de mi vida, sin lugar a dudas. Gracias por el gentil comentario, porque además hemos sido grandes pana futboleros también
Besos,
Jose

Anónimo dijo...

Pero en ese par de panas, hay un maestro y una mala alumna que lo quiere mucho.

John Manuel Silva dijo...

Yo lo escuché una vez, y me quedé como, ¿eso es todo?

Le di una segunda, tercera y cuarta oportunidad, y me sigue pareciendo igual, un disco al que le falta algo. De hecho, mucho. No es lo peor del mundo, pero sí siento que es un álbum pretencioso, y aburrido.

Y lástima, porque Radiohead venía de hacer esa maravilla llamada In Rainbows.

Lo único genial: el video de Lotus Flower, es como cuando Ronaldo logra hacer una buena jugada y luego la caga el resto del partido :-)

Jose Urriola dijo...

John Manuel,
Estuve pendiente durante días de tu reseña sobre este disco que amenazaste con sacar en planfleto negro. No sé si finalmente la hiciste, pero sigo pendiente. lotus Flower es una joya que resalta en medio del disco, tal como dices es un tiro libre de Ronaldo de esos que hace una comba increíble a 120 kph, pero luego no hace nada de nada (excepto quejarse) en los restantes 89 minutos.
Gracias por leer y comentar, un abrazo.

the goddamn devil dijo...

jajajajajajaja demasiado buena esta reseña, me encanto...
y el lotus flower en mi opinion cuando cristiano da ese tiro libre perfecto y se pasa el resto del partido esperando alante que le den el balon para intentar hacer una jugada que no llega

Jose Urriola dijo...

jajajaja, así es, mi estimado Goddamn Devil... un momento de destello en medio de 90 minutos de florituras estériles