jueves, 6 de septiembre de 2012

Y mientras tanto, en Marte...




El mundo sigue su curso imperturbable, otro giro más, como si nada. Ya se encargará más tarde de sacudirse (sacudirnos) como un perro que se rasca las pulgas del cuello.
Y mientras tanto, en Marte… Curiosity sigue tomando y enviando fotos de Coro.

Una refinería estalla en Venezuela. No se responsabilice a nadie ni se averigüe nada, esas cosas pasan y la voz oficial indica que (como dijo el filósofo ¿?) “la función debe continuar”.
Y mientras tanto, en Marte… Curiosity hace una toma panorámica de 360º que le está quedando perfecta hasta que en el grado 359 se le atraviesa en el plano un chivo.

Catorce cabezas –siete de ellas de mujeres- son encontradas en una nevera con mucho hielo al norte de México. Mañana, estemos seguros, será la revancha del cártel rival y entonces serán diez los cuerpos (cuatro de mujeres) que amanezcan colgando de un puente.
Y mientras tanto, en Marte… Curiosity escoge una piedra, una que se le antoja especial entre el millón de piedras marcianas, y se la guarda en un compartimiento secreto: esta es de recuerdo, para mí.

Otro tirano cae derrocado en una república africana y el que se encarama en el poder –apoyado por la comunidad internacional y bien armado por los mismos de siempre- resulta ser un genocida aún peor. 
Y mientras tanto, en Marte… Curiosity recita un poema nocturno que se le acaba de ocurrir: “He visto cosas que ustedes los humanos no creerían… y todo eso se va a perder como lágrimas en la lluvia”.

Ochenta venezolanos son acribillados desde el aire por garimpeiros en el Amazonas (tampoco pregunte, deje la necedad: no se sabe, no contestan, además esa vaina queda muy lejos).
Y mientras tanto, en Marte… Curiosity mira a la Tierra, allá perdida contra el horizonte marciano, y piensa: Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”… pero no los escribo porque tengo miedo a que en la NASA se enteren y me desconecten por cursi.

Irán y Corea del Norte hacen otro ejercicio con sus armas nucleares desarrolladas exclusivamente -quién lo duda- con fines pacíficos y benéficos. Al tiempo que los talibanes ejecutan a otra mujer, una más, sin derecho a voz ni defensa, bajo cargos de adulterio.
Y en este preciso instante, en Marte… Curiosity apaga su cámara, deja de transmitir, se mete sus brazos mecánicos en sus bolsillos mecánicos y patea una latica en el fondo de un callejón de una ciudad marciana desierta.

Putin mete presas a otras rockeras y a más activistas ecológicos, y escoge a dedo al próximo títere que pondrá en su lugar para el período que viene al tiempo que las mafias, encabezadas por él mismo, se apoderan de la nueva Rusia.
Y mientras tanto, en Marte… Curiosity emite una vez más una canción de los Beatles y luego otra del cantante Black Eyed Peas (o algo así) para que las escuchen allá en la Tierra. Y piensa mientras suenan: algún día me voy hartar del gusto musical de los ingenieros de la NASA, me voy a apoderar de la emisora y voy a poner mi propia música.

En un país latinoamericano la gente decente se prepara para las elecciones y los tiranos se preparan para hacer el fraude.
Y mientras tanto, en Marte… Curiosity se topa con un monolito oscuro que está siendo rodeado y venerado por un grupo de simios. Uno de ellos toma un hueso y lo lanza al aire, Curiosity sigue el desplazamiento  del hueso con su cámara en slow motion. Interrumpe la grabación, decide borrar el material y no lo transmite: “esta gente no está preparada para entender esto”.

Estalla otra guerra, una vez más y como siempre, en el Medio Oriente. Al tiempo que se rumora de este lado del planeta que ahora sí que se murió Fidel.
Y mientras tanto, en Marte… Curiosity se encuentra a tres hombres compartiendo un café alrededor de una mesa: Ray Bradbury, Moebius y Neil Armstrong. “Estamos trabajando en una novela gráfica, el proyecto más ambicioso de nuestras vidas. Moebius hace las ilustraciones, Armstrong es el protagonista y yo hago el guión… si llegas a mencionar algo te juro que no te incluiremos en ella”; le advierte el más gordito de los tres.

Hay crisis y más crisis, crisis en los países que siempre hemos estado en crisis y crisis en los países que no saben (o ya no se acuerdan) lo que es vivir en crisis. Y ni hablar de las crisis internas de cada quien.
Y mientras tanto, en Marte… Curiosity se seca el aceite de la frente, da por culminada otra jornada que ha resultado tan extenuante como estéril, lanza al aire un helicóptero-cámara para que tome una foto cenital desde la altura. Al mirar la foto aérea se da cuenta de que en todo este tiempo no ha hecho otra cosa que dibujar su propia imagen sobre la arena marciana.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

maravilloso

María Antonieta Arnal Parada dijo...

Muy bueno

Anónimo dijo...

"Y mientras tanto en Marte", yo me doy banquete con este blog de mi amigo Urriola,C.Casano

Tarzan dijo...

Pana excelente!!! La imagen de Bradbury, Moebius y Armstrong genial!!! Me gusto le mezcla con la actualidad politica de Abzurdistan ( former Venezuela) saludos Tarzan

Jose Urriola dijo...

Mil gracias a todos por leer y comentar. Seguiremos entonces dando la pelea, aquí, en Abzurdistán o en Marte. Un abrazo!

Florencia dijo...

José, no creí poder jamás, hacer esto. Gracias por enseñarme que puedo volar con alas y sin ellas.